NUEVA SEDE DE LA JUSTICIA, ANDORRA
EL LUGAR, LA IMPLANTACIÓN DE UN EDIFICIO JUDICIAL
Andorra es singular al mundo, un estado heredero de una cultura única y milenaria, en medio de Francia y España y en medio de la cordillera altiva de los Pirineo omnipresentes.
La administración central de justicia del Principado se merece pues un edificio eficiente y útil para los ciudadanos, que, a la vez, en sus formas constructivas, sea una metáfora espacial de la excelencia cívica que todo el país quiere lograr.
Lo proyecto “Montañas de Justicia” es un modelo de arquitectura de vanguardia, para un país que también quiere ser-lo en su administración pública. El edificio diseñado es humano, ágil, abierto, multifuncional, con todos los circuitos necesarios, e integrador de la diversidad de todos los comunes del país. Su fachada, que envuelve el edificio, le da a la vez solemnidad, en un punto neurálgico del Principado: la confluencia de los dos Valires.
El edificio, propuesto por el proyecto, “Montañas de Justicia”, será pues, al materializarse la idea que se presenta, un edificio singular y emblemático, que reflejará, en sus 14.000 metros cuadrados el espíritu innovador de todo el país.
IDEA DE PROYECTO
El proyecto apela de forma directo al entorno pirenaico donde se encuentra y en los valles y caminos que lo recorren. El concepto recorrido es el eje vertebrador del proyecto arquitectónico y genera una respuesta formal y funcional al proyecto de la nueva Sede Judicial.
La contundente fachada principal del proyecto se sitúa paralela al río Valira y a la carretera de acceso en Andorra la Vieja. La fachada se recubre de un envoltorio en movimiento, con una sección vibrante que genera terrazas y espacios exteriores cubiertos en las diferentes plantas. Este envoltorio coloniza toda la parcela en las plantas bajas, y se desprende del edificio para convertirse en muros que acompañan los accesos principales. De este modo el muro orgánico de la fachada marca recorridos y, en ocasiones, se introduce en el edificio permitiendo reconocerlo en el gran vestíbulo interior.
El envoltorio vibrante que caracteriza el edificio se materializa como una piel metálica donde se reproduce la abstracción del perfil pirenaico de Andorra. La pixelitzación de las montañas se traduce en un filtro de luz tamizada en el interior del edificio.
La fachada, de recorridos montañosos, acontece el disparo identitario del proyecto con la voluntad de convertirse en un elemento emblemático del skyline de Andorra la Vieja y de establecer un diálogo con el perfil paisajístico que ofrece el entorno como talón de fondo. La nueva Sede de la Justicia se concibe bajo un lema que quiere abrazar cantidad y calidad como estrategia de proyecto: Montañas de justicia.